A petición de nuestra gente más cercana... Hoy escribiremos sobre narcisismo.
Fue inevitable sentir el vértigo al empezar a darle forma a este escrito. Nos parece una temática con una cantidad de referencias insondable: unas 433.000 entradas en Google Académico (2025) y unas curiosas estadísticas en Google Tendencias (2025) si comparas los términos narcisismo y narcisista. El narcisista está consiguiendo acaparar interés por encima del fenómeno en sí mismo. No sabemos si por pura seducción/admiración, pulsión aspiracional o para protegerse de ellos.
Pensar sobre ese vértigo nos lleva a la hipótesis de que es una temática manida y muy sujeta a efectismos redituables en procesos comunicativos asociados, por ejemplo, a las ventas y a la construcción de marca personal. Desde los asesinos en serie hasta la política, pasando por las redes sociales, el narcisismo consigue ser objeto de nuestra atención, paradójicamente alimentando el fenómeno. O, como dicen que dijo Dalí (sin que podamos asegurar que lo dijera), “que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí...”.
Para comenzar, el inevitable paso por la RAE (2025) y la Wikipedia (2025), tras el cual nos dirigimos al libro Vocabulario de Psicopatología II dirigido por José María Álvarez (2023), para releer el capítulo dedicado al narcisismo, escrito por Kepa Matilla (2023). Un artículo que nos ayuda a poner en perspectiva histórica el concepto y a perfilar el campo semántico actual, recuperando, primero, el mito de Narciso —el del amor a sí mismo— en la antigua Grecia para, a continuación, hacer una revisión exhaustiva de las aportaciones de numerosos autores que recomendamos a las personas con especial interés en la temática: desde Näcke, Ellis, Féré, Freud, Reich, Horney, Lacan, hasta Kernberg o Kohut.
Ahora bien, ¿cómo podemos traer todo ese conocimiento a la realidad que habitamos? Dejémonos llevar, a ver a dónde acabamos...
Narciso comete el error de no entender que él es el origen de su reflejo y de quedarse prendado de sí mismo. Tras este aparente amor propio y vanidad —el autoerotismo en sentido psicoanalítico, la tendencia a perderse en la autoadmiración y el autofetichismo, tras esa encandilante belleza sensual— se esconde una oscuridad espiritual insondable: una persona perdida en un mundo imaginario elaborado a partir del ideal que tiene —o le inculcaron— de sí mismo. Una persona que puede llegar, sin darse cuenta, a enajenarse a sí misma —su autenticidad, su yo real— en favor de una imagen engrandecida de sí.
Es fácil, en nuestro día a día, identificar a personas más centradas en sí mismas que en los demás, con dificultades para considerar las necesidades ajenas y menos familiarizadas con valores relacionales como la humildad, la empatía o la cooperación, cuyo hedonismo parece orientarse más a llenar un vacío que a vivir experiencias de verdadero disfrute.
Cuando esto pasa, surge una sensibilidad especial a los fracasos, las desilusiones y los desaires, una hipersensibilidad a cualquier cosa que hiera su amor propio. El anhelo de prestigio y las ansias de admiración o estatus aumentará considerablemente. Si esto se mantiene en el tiempo, el engreimiento y, en último término, la rabia narcisista pueden llegar a manifestarse, haciendo que, cuando haya bajado la marea, se topen con una realidad y unas consecuencias difíciles de asimilar porque las dejan en el polo opuesto al ideal que tienen de sí mismas.
En su versión más exagerada, y apoyándonos en una sobresimplificación del narcisismo primario y secundario descrito por Freud, encontraríamos, por un lado —situadas en el primario—, a aquellas personas que necesitan una audiencia para sostenerse y que sinceramente creen que el mundo está ahí para cubrir sus necesidades: véase el personaje de Patrick Bateman en American Psycho. O, por otro lado —en el secundario—, aquellas personas que descubren a los otros pero no les gustan, así que no quieren saber de ellos, generando situaciones que, de tan exageradas resultan cómicas, como las que atraviesa Vicky, la protagonista de la serie argentina Envidiosa (2023), intermediadas por la comparación, la competitividad, la fantasía y la envidia (sin conciencia), capaz incluso de convertirse en la protagonista, por delante de la novia, en la boda del episodio 10 de la primera temporada.
Ojo, que donde las dan, las toman. También puede ocurrir que los otros nos “narciseen”, es decir, que, en aras de su propio interés —más que probablemente, instrumental y egoísta—, nos ensalcen en una seductora maniobra manipulativa y nos hagan creer que somos “la verga de Triana”, condenándonos, como hizo Némesis con Narciso, a un amor no correspondido y a una vida narcotizada. Asunto especialmente peligroso si quien lo padece es un infante en desarrollo.
Creemos importante recordar que tampoco podemos vivir sin él. Necesitamos algo de narcisismo para poder construir un yo funcional que nos permita desenvolvernos en el mundo y no quedar a expensas de él todo el tiempo. Ni tanto ni tan poco. Por eso casi nadie — por no generalizar— es ajeno a las “heridas narcisistas”, que identificaremos al notar cómo emerge un enfado profundo cuando nuestra autoestima es dañada.
Para ir cerrando, no olvidemos que esta no deja de ser una forma de presentación del malestar contemporáneo. Si todo esto te interpela personalmente, calma; si no fuese así, necesitarías otra manera de expresar ese malestar. No hay unas mejores o peores que otras. Lo que sí hay es trabajo por delante para atender tus malestares y los que puedas estar generando a tu alrededor sin darte cuenta. No dejes que el vacío, el desasosiego o el hastío se instalen permanentemente en ti y en tus relaciones. Agárrate al ideal socrático —este sí te puede venir bien— “conócete a ti mismo”, como antídoto al aceite de narciso.
Álvarez, J. M. (Dir.). (2023). Vocabulario de psicopatología II. Xoroi Edicions.
Colaboradores de Wikipedia. (2025, Octubre 17). Narcisismo. Wikipedia, La Enciclopedia Libre. Recuperado el 7 de diciembre de 2025, de https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Narcisismo&oldid=170026912
Google Académico. (2025). Búsqueda del término “narcisismo”. Recuperado el 7 de diciembre de 2025, de https://scholar.google.es/scholar?hl=es&as_sdt=0%2C5&q=narcissism&btnG=
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Harron, M. (Directora). (2000). American Psycho [Película]. Lionsgate Films.
Matilla, K. (2023). Narcisismo. En J. M. Álvarez (Dir.), Vocabulario de psicopatología II (pp. 145–174). Xoroi Edicions.
Medina, G., Heredia, F & Barone, D. (Directores) (2023–presente). Envidiosa [Serie de televisión]. Netflix.
Real Academia Española. (2025). Diccionario de la lengua española. RAE. Recuperado el 7 de diciembre de 2025, de https://dle.rae.es/narcisismo